Esta semana el tercer ejercicio del curso “Arte y cultura en circulación“, lleva por título “Derechos de autor y diversas formas de ejercerlo” y se apoya en el texto titulado: “Los derechos de autor y sus contradicciones” de Lila Pagola. Y la tarea consiste en generar entre todos un licenciatón.
Al principio la forma de transmitir de una sociedad sus conocimientos (mensajes o testimonios) fue la oralidad, ya que era la más rápida, fácil y utilizada. La transmisión era de madres/padres a hijas/hijos, de generación en generación, de lugar en lugar. Esos conocimientos eran ampliados según la vivencias que se iban añadiendo por las/os distintas/os “narradoras/es”.
La transmisión del conocimiento de esta manera se ha modificado a lo largo del tiempo ya que cada narradora/o añadía, tomaba, se permitía “crear” su propia versión para hacerla atractiva por lo que los relatos han sufrido variaciones en las maneras de contarse, han tomado formas como: conjuros, cantos, relatos, oraciones, cuentos, fábulas,… que han producido dos efectos: Se han hechos duraderos a través de los tiempos, pero muchos han perdido su sentido inicial.
Lo natural es que somos seres sociales que compartimos, que aprendemos mutuamente y nos redefinimos, y que a lo largo del tiempo hemos aprovechamos la tecnología para hacerlo de forma sencilla. Todas/os copiamos, reproducimos, modificamos, transmitimos es lo natural en nosotras/os… generamos dominio público y ese fue el principio.
La licencia de este post es la misma que la del blog (CC BY-SA), permitimos la remezcla de lo publicado y el uso comercial, porque creemos que lo que aportamos y le pueden aportar a los escritos los enriquece. Porque no tenemos ánimo de lucro pero sabemos que cualquier proyecto editorial tiene que permanecer en el tiempo y eso significa ganar dinero. Mucha gente comparte esa filosofía, otras/os no, pero no vamos a guiarnos por una minoría.
La licencia elegida es coherente con sus intenciones, y por lo tanto, la argumentación está perfecta, en consonancia con todo el proyecto Ágora Editorial y su apuesta por el procomún. ¡Gran trabajo!